martes, 17 de febrero de 2009

De Denthre, su pelo y sus aros

El argentino Fernando Redondo fue un gran jugador. Tras romperla en Argentinos Juniors y Tenerife, el volante brilló con el Real Madrid y su selección, siempre con su juego elegante. Y además, Redondo era un caballero: en su último club, el Milan, jugó muy poco por culpa de las lesiones y él, en un acto difícil de ver, no cobró el sueldo.
Pero en 2004 Redondo se fue del fútbol con una espina clavada. La llegada de Daniel Passarella a la albiceleste lo sacó del Mundial del 98, pues el tozudo técnico obligaba a sus dirigidos a cortarse el pelo y no llevar aros. Redondo lo que más cuidaba era su melena y como no estaba para payasadas renunció a la selección. Payasadas que, en todo caso, no dejarán de repetirse en el fútbol.
O que Royston Drenthe diga lo contrartio. Drenthe es un holandés que juega en el Real Madrid y que, por esas cosas que pasan, se les cruzó a los hinchas merengues. Pifias por doquier, uno que otro insulto racista (el hombre es negro) y críticas de la prensa lo llevaron a borrarse de los últimos tres partidos de su equipo. El muchacho como que se deprimió.
El asunto es que aparte de ser moreno, Drenthe luce una larga cabellera y distinguidos brillantes en sus orejas, lo que poco y nada debe influir en su rendimiento con el Madrid y que, por cierto, le debe traer harta suerte con las damas.
Pero Alfredo Di Stéfano, el hombre de 82 años que es presidente honorífico y emblema del club, piensa todo lo contrario, como en su tiempo lo hacía Passarella con Redondo.
A la Saeta Rubia, como llamaban a Di Stéfano en su época de jugador, se le cayó el calendario y, sin arrugarse, señaló que el holandés "debería cortarse el pelo y quitarse los pendientes". ¿Qué tiene que ver el pelo y los pendientes en pegarle mal a la pelota? Vaya a saber uno.
Pero Drenthe, que ya se está acostumbrando a las quejas del resto sobre su nivel futbolístico, le puso el pecho a las balas y no se achicó, por más que el que le estuviera diciendo tamaña tontera fuese Di Stéfano.
"Yo escucho todo lo que dice él y doy lo máximo para el club, pero lo del pelo y los pendientes es un tema personal. A mí me encanta ir así, así que no voy a seguir sus indicaciones", le respondió el holandés, acaso en su mejor jugada desde que está en el Real Madrid.

lunes, 9 de febrero de 2009

La hora gay

Coincidencia o no, cada cierto tiempo, el fútbol da señales de similitud con la vida, de ser una rueda igualita a la de la vida. Si hasta un tronco que no le pegue a la pelota ni adentro de un ascensor podría darse cuenta.
Ejemplos hay varios, como cuando algún diario amarillento (o blog amarillento) se mofa de un futbolista que fue hallado emborrachándose y, por una indescubrible casualidad, al ratito hay otro caso similar que se destapa. Pero esta vez no se trata de alcohol.
La última historia contada en este espacio fue sobre el machito ruso Andrei Arshavin y resulta que al día siguiente el diario "Mundo Deportivo" dio a conocer una información que podría entrar perfectamente en esa órbita: la camiseta reserva del Barcelona para la temporada 2009/10 será de un juguetón color rosado.
Sí, el Palermo y los peruanos de Sport Boys tienen camisetas oficiales de ese tono, generalmente asociado a las mujeres o a los gays. Y la Juventus, el Alavés, el Sevilla y el Benfica también alguna vez ocuparon el color chillón, con el que ciertos padres suelen vestir a sus hijas recién nacidas.
Sin embargo, lo del Barcelona es para elogiar en tiempos en que cabezas duras como el talentoso Arshavin creen que el mundo sólo se divide entre rudos y frágiles damas. Más aún si el anuncio se hizo justo el fin de semana en el que los catalenes presentaron la primera barra gay del club y de todo el fútbol hispano.
¿Acaso al hombre que le gusta otro hombre no le puede también atraer el fútbol? Si tu respuesta es negativa, deberías tomar el teléfono y pedir hora al loquero. Es como que a mí, que me encantan las mujeres, particularmente mi novia, no me pueda gustar la danza.
El punto más valorable en lo del Bracelona es que, en una época donde se supone que está de moda hablar sobre no discriminar, el club tomó la delantera no sólo para luchar contra el racismo, sino que también sobre la homofobia, obligando a sus jugadores a lucir una prenda bien poco agraciada y que, de manera irremediable, les hará ganarse gratuitamente muchas de esas bromas desgastadas, añejas y pasadas a naftalina.
(La camiseta de la foto es sólo un montaje de Elblaugrana.com)

viernes, 6 de febrero de 2009

Arshavin, "Macho Macho Men"

El fútbol es un deporte bien raro. Por un extraña razón, que por lo demás no tengo idea cuál es, la pelotita siempre ha tenido un desconfiable olor machista.
Hace muy poco que las mujeres intentan ganar terreno en una cancha, los estadios básicamente se llenan de hombres, los bares para ver fútbol se repletan de machos cerveceros y para qué hablar de homosexualidad, porque que pillen confesado a ese pobre sujeto que reconozca su calidad de gay dentro de un vestuario.
Pero en estos tiempos en que el machismo va a máxima velocidad en reversa, Andrei Arshavin, la nueva estrella rusa que fichó en el Arsenal inglés, podría hacer pensar que él es el mejor ejemplo de mentes peloteras abiertas.
Cuando cumplió 17 años, Arshavin ingresó al Instituto de Tecnológia y Diseño de San Peterburgo, porque no se estudiaba mucho y había harta muchacha dando vuelltas. ¿Y qué carrera escogió? La de diseñador de ropa.
El ruso mezcló sin dramas el hediondo perfume a camarín con los trapos y los cortes. Si hasta creo su propia línea de moda, especializándose, nada más ni nada menos, que en ropa femenina. Vaya señal, podría pensar la más feminista de las feministas.
Sin embargo, en un libro que circula por Europa llamado "555 preguntas y respuestas" y que se supone es la autobiografía del famoso Arshavin, el hombre tira todo al tacho de la basura y revela que es un machista de tomo y lomo.
Marcado a fuego por un incidente que sufrió cuando niño, donde una dama lo atropelló y él salió volando por unos diez metros, Arshavin dijo que si dependiera de él, les prohibiría conducir a las mujeres.
"No lo pensaría dos veces. Las mujeres y los hombres son criaturas totalmente diferentes. Y no soporto que fumen ni que mientan", dijo, muy campante.
Y para rematar, confesó su ideal de mujer: "Alta, delgada, de muslos firmes y culo pequeño. No me importan las tetas".
Dicen que Julia, su pareja y madre de sus dos hijos, cumple a la perfección con todos los requisitos.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Entre Elvis y Jesús

A José Roberto de Oliveira, más conocido como Zé Roberto II (el original es de verdad bueno y hasta jugó en la Selección brasileña), le gusta la samba y nada más. Si le preguntas de rock o por alguna banda que toque otra cosa, bien gracias.
Pero eso no es pecado, pues el hombre es brasileño y con el fútbol, la samba y la religión basta y sobra. Con el fútbol sobre todo.
Luego de una buena campaña con el Botafogo en 2007, al año siguiente el volante fue vendido al Shalke 04 en 3 millones de euros. Una ganga para lo que se paga en esta época. Y los hinchas pensaron que el brasileño era la nueva estrella mundial cuando lo vieron por primera vez.
En el debut con su nuevo equipo, Zé Roberto (para qué ponerle Zé Roberto II, eso es muy despectivo) la amasó y a los 33 segundos marcó un gol. "Esta sí que es contratación", deben haber festejado los directivos teutones.
Error. El resto de la temporada el jugador no gravitó y sólo destacó por la gran amistad que formó con Kevin Kurányi, delantero alemán que además cuenta con otras dos nacionalidaes: brasileña, por haber nacido en Brasil, y panameña, pues su madre es de Panamá.
Así, no fue raro que la historia de Zé Roberto en el Schalke 04 llegase a su fin hace un par de meses. Aparte de jugar poco y nada, el futbolista de 28 años alargó, sin avisarle a nadie, sus vacaciones de Navidad. Entre estar muriéndose de frío en Alemania y estar con una cerveza helada tirado en un playa de Brasil no había dónde perderse.
Sin derecho a pataleo, los alemanes lo enviaron a préstamo a Flamengo donde por estos días el crack se pasea con el pecho inflado. Y es noticia por cualquier cosa.
Como ayer, como lo muestra la foto del diario "Globo", que el jugador llegó al entrenamiento con una llamativa polera negra con blanco con la imagen de Elvis Presley, un grande, por un lado, y la de Jesús, un .... (sobre los puntitos le pones lo que quieras), por el otro.
"Kurányi (el alemán-brasileño-panameño) me dio varias poleras, pero esta es la que más me gusta", dijo el hombre, quien después, cuando le preguntaron por las imágenes que llevaba en la camiseta, expuso toda la ignorancia musical con la que se partió haciendo referencia en esta historia.
"¿Elvis? Mmmm... No soy fan de él, pero me gusta por que se ve bien la camisa. Es una camisa bonita. ¿Jesús? Ahí sí, porque soy muy católico", comentó.
Elvis, sacúdete en tu cripta.

lunes, 2 de febrero de 2009

Porno en el televisor

Verano de 2003 y la Selección chilena Sub 20 daba jugo espeso en el Sudamericano de la categoría que se disputaba en Uruguay.
La Roja jugaba en Colonia y dirigida, extrañamente, por dos técnicos (César Vaccia y Fernando Cavalleri, también apodados "Los hermanos sin dolor"), era lo más parecido a un chiste.
El equipo lo componían buenos jugadores, hoy repartidos en ligas como la mexicana, española e italiana, además de ser la base de la Selección adulta. Pero por esos días andaban preocupados de puras cabezas de pescado.
Era de noche y los muchachos se divertían en el hall del hotel de concentración. Las bromas eran bien fomes y el único que las celebraba era un representante de jugadores que pasaba metido en el lugar. Obvio, eso era parte del esforzado trabajo de vender la pomada.
En el hall había un inmenso televisor que, mientras los lolitos chacoteaban, mostraba un partido de fútbol que no interesaba a nadie. Ese aparatito luego haría pasar uno de los peores ratos a dicho agente de futbolistas.
Mientras este sujeto se reía con los jugadores, uno de los seleccionados apodado "Mago" (me imagino que saben de quién hablo) tomó el control remoto para hacerlo tropezar de lo lindo.
Justo cuando el empresario le daba la espalda al televisor, el jugador cambió de canal y puso la señal de porno más exagerado del que disponía la tele. De un segundo a otro, en el inmenso televisor del hall, un hombre y una mujer tenían sexo como malos de la cabeza.
Sin percatarse de nada, cuando el empresario giró se encontró de golpe con un enorme pene y varios quejidos que surgían de la pantalla. El futbolista ya había desaparecido, al igual que sus compañeros, y el control no estaba por ninguna parte.
El representante se puso como loco. Él era el único tipo frente al televisor y no sabía cómo sacar el sexo de la pantalla.
No pasó ni un minuto y una de las recepcionistas del hotel se acercó al agente para pedirle, con cara de "puta el viejo caliente", que cambiara el canal, lo que el hombre nunca logró.
Al otro día, cuando aún no se le quitaba lo rojo de vergüenza del rostro, al empresario le contaron que el control remoto había sido escondido debajo del sofá y que los mismos jugadores que él buscaba tentar con sus sonrisitas condescendientes le habían hecho la bromita.