miércoles, 26 de noviembre de 2008

Hola Cuauhtémoc


No sé a pito de qué, pero ayer me acordé de la única vez que tuve al frente a Cuauhtémoc Blanco, díscolo delantero mexicano. Fue hace años, en San Carlos de Apoquindo, donde el jugador llegó junto con el América a entrenarse para un partido de la Libertadores que al otro día tenían en Buenos Aires.
A Cuauhtémoc nadie lo pescaba mucho, pero él se movía como si estuviese en el paseo de la fama. Yo había fijado mi atención en él, porque me extrañaba que ese tipo carente de cuello y de cuerpo poco atlético fuese figura de un equipo de fútbol. Pero Cuauhtémoc tenía su estilo.
Ya había inventado la "Cuauhtemiña", una rara jugada en que envolvía la pelota con los tobillos y luego la levantaba para eludir a los rivales. Y también acumulaba escándalos varios en México.
Cuauhtémoc puteaba árbitros, puteaba rivales, puteaba compañeros, puteaba periodistas y se hacía el lindo con actrices de culebrones aztecas. Pero en la cancha casi siempre la rompía.
Ese día, los periodistas que estaban en el lugar no querían acercársele a Blanco, que siempre ha tenido un carácter de puta madre. Pensaban, con toda razón, que ni los miraría. Y cuando Cuauhtémoc pasó no se arriesgaron. Una lata, porque yo deseaba que lo pararan para así poder meter la cuchara.
Ya sabía todo lo que debía saber de Blanco, sin embargo tenía una duda que sólo él podía aclararme: ¿Por qué cresta su nombre es Cuauhtémoc? Lo medité rápidamente y concluí que debía abordar no más al mexicano, que estaba por subirse al bus."¡Cuauhtémoc!", le grité. El hombre se detuvo, giró su cabeza y arqueó las cejas. "Hola. ¿Te puedo hacer una pregunta?", le dije. "Pues claro", me respondió. "¿Por qué te llamas Cuauhtémoc?", le apunté.
Contra todos los pronósticos, Cuauhtémoc se comportó como un catedrático. "Significa 'Águila que descendió' y es en honor a uno de los últimos gobernantes aztecas que se resistió a la invasión española", me explicó, dando inicio a una conversación harto freak, mezcla de historia mexicana, fútbol y turismo.
Hoy, con casi 36 años, Blanco es el jugador que más quieren ver los aficionados del fútbol gringo, aunque en esa misma liga fue escogido el rival más antipático. ¡Ah! y fue llamado de vuelta a la selección mexicana y el Santos Laguna lo contrató de manera flash para jugar los actuales playoffs mexicanos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajaja Cuauthemoc