martes, 13 de enero de 2009

Boludeando con el Chaco Torres

Juan Manuel Torres, el Chaco como le dicen en Argentina por haber nacido en la provincia del mismo nombre, dio el primer aviso en julio del año pasado. Por problemas personales, según indicó el volante esa vez, no llegó a tiempo a la pretemporada de San Lorenzo, aunque por debajo se tejía la verdadera historia: Leo Rodríguez, su representante, intentaba presionar a los directivos para vender al jugador.
La triquiñuela no resultó, pero en el Cuervo tampoco tomaron nota de ese llamativo hecho. Hoy, seguramente, se deben estar preguntando por qué no le dieron un par de palmazos en las nalgas a Torres, de 23 años.
Toma nota.
El domingo, los jugadores de San Lorenzo tuvieron su primera tarde libre en medio de una dura pretemporada y el tope de regreso al hotel era la hora de cena. ¿Qué pasó con el Chaco? Adivina. Se unió al grupo de los más jóvenes, se puso ropa de playa y partió a disfrutar de Mar del Plata. Lo pasó tan bien que jamás contestó el celular, que ya se derretía con tanto llamado, y llegó tres horas atrasado, cerca de la medianoche.
Cuentan que Torres se quiso hacer el vivo, entró al Complejo La Reserva por una puerta lateral y, seguramente en puntillas, se fue derechito a la habitación. Todo mal, porque hacía poco que todo el plantel acababa de cenar y la silla donde él debía ubicarse estaba vacía (también la del juvenil Damián Martínez, su partner).
La ausencia era tan obvia que al día siguiente al Chaco lo subieron a un taxi de regreso a Buenos Aires. Estaba fuera de la pretemporada.
Que se tomó algo en la playa, que no encontró un colectivo que lo llevase de regreso y que se devolvió a dedo. Quién sabe, la cosa es que Torres, cuando jugaba en Racing, ya había reconocido que era un tiro al aire.
Un día rompió la puerta del departamento, porque se le quedaron la llaves en el auto de la novia. Nunca fue capaz de retener la dirección del depa, pues llevaba muy poco tiempo para memorizarla, alegaba. Y cada vez que le pedían su número celular él daba uno distinto, algo lógico si el Chaco siempre debía comunicarse con algún familiar para que le recordase el móvil.
"Es que en cuatro meses tuve cinco celulares. Uno se me cayó por la escalera, otro se me fue en una lancha y otro se ahogó en la piscina. Me pasa por andar boludeando. Me dicen que pareciera que vivo en un cumpleaños", se reía él.
A la luz de los hechos, está clarito que, por lo menos en esas dos últimas frases, el Chaco Torres tenía toda la razón.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un saludo, te recuerdo que las votaciones a los Premios Tócala de cara terminan jueves y todavía estás a tiempo de votar.

Enric Adell dijo...

hola,
el otro dia entre para las votaciones y el blog es muy bueno.
saludos des de Fútbol Mundial