jueves, 8 de enero de 2009

¡Se me van todos!

Rubén Selman es un árbitro chileno que por varios años brilló a nivel internacional. Su único problema -gran problema- es que en lo local, siempre desentonó.
La mejor muestra fue la última final del Clausura, cuando en el partido de ida entre Palestino y Colo Colo, justamente su último duelo como referí, sancionó todo al revés. "Me voy como un grande", señaló él, muy suelto de cuerpo y con el pecho inflado, intocable ante las críticas.
Pero resulta que lo de Selman fue un pelo de la cola al lado de lo que este domingo protagonizó el español Juan Manuel Barros. Toma nota.
Recreativo Linense y Saladillo de Algeciras se topan en la Liga Primera Regional de Cádiz, en España, y el duelo es intenso. Se juega el minuto 54 y el local gana 1-0, pero todo cambia de sopetón cuando dos rivales se dan de pechazos.
Fue tal el caos que provocaron Francis y David Aguilar, los dos choritos, que sus compañeros y hasta algunos hinchas prendieron rápidamente con la trifulca. En menos de un minuto, combos iban y combos venían.
Te preguntarás qué hizo el bueno de Juan Manuel Barros. El hombre de negro no halló nada mejor que suspender el partido por la expulsión de... ¡¡¡TARATATÁN!!! ¡19 jugadores!
Según Barros, nueve futbolistas del local (uno ya había visto la roja en el minuto 27, así que sumaban 10) y otros nueve de la visita no eran dignos de seguir en el campo tras el alboroto. Así que, como la canción, ce fini, el encuentro se acabó.
"No fue tan así. De lo contrario, los jugadores no se habrían ido del estadio conversando tras la ducha", reclamó el presidente del Recreativo, Sebastián Naranjo. "Es una barbaridad", dijo el mandamás de Saladillo, Esteban Rosi.
Lo único claro es que aún no hay nada claro tras la mocha y que todavía nadie sabe qué diablos se hará con el partido.
Lo otro que está clarito es que después de esta, Selman puede descansar en paz.

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