lunes, 26 de enero de 2009

Engordar para morir gordo

La historia se repite una y otra vez, aunque con matices bien distintos. Pasó a fines de los 70, cuando un pequeño Rivaldo, el mismo que luego deleitaría con su fútbol en Europa, mostraba las escalofriantes huellas de la pobreza. La familia del muchacho casi no tenía para comer y la desnutrición lo golpeó: un día debieron extirparle todos los dientes, pues se le habían podrido por la falta de alimento. Terrible.
Más tarde, ya adolescente y después de que a su padre lo atropellara un autobús, Rivaldo se juramentó ser futbolista y, claro está, le ganó por goleada a la vida.
A inicios de los 90, el turno fue de Robinho, en un historia harto menos dramática. Su familia no era pobre ni vivía en una favela, pero las canillas afiladas del moreno dejaban claro que a su cuerpo le faltaban varios kilos.
En el Beira Mar, el club donde iba a pelotear Robinho cuando niño, se les daba alimento a los pequeños y muchos iban a comer más que a jugar fútbol. El primer DT de Robinho cuenta el que muchachín siempre llegó con una minúscula porción de arroz y fejoada, la comida básica brasilera. Esa era su plato de todos los días.
A los 12 años, ese flaquito ya era parte del Santos, que a punta de vitaminas, calcio y una dieta especial mantenida durantes varias temporadas, fortaleció los pocos músculos que tenía su nueva estrella. Todos sabemos quién es actulamente Robinho.
Hoy una vez más el tema se repite en Brasil, tierra bendita en fútbol.
Sucede que hay un delantero de 16 años, llamado Neymar da Silva Santos y que es apuntado como el "Nuevo Robinho", que está siendo sometido a una fuerte dieta para hacerlo engordar, porque los huesos ya se le escapan por entremedio de la piel.
Neymar mide un metro con 73 centímetros, pero apenas pesa 57 kilos. Y eso que en las últimas tres temporadas subió tres kilos. Pero el problema de Neymar no es que sea pobre y le falte alimento, sino que tiene una extraña tendencia a adelgazar. Ya se quisieran algunas mujeres sufrir esta patología.
A los 13 años, cuando el Real Madrid y el Barcelona supieron de su existencia y empezaron a hacerle ojitos, Neymar medía poco más de un metro y medio y pesaba 38 kilos. O sea, un viento fuerte se lo llevaba por el aire.
Por eso, los nutricionistas del Santos, que por lo visto tienen harto trabajo, le armaron una dieta bombástica al juvenil: cinco contundentes platos diarios más un tsunami de proteínas. Es que el tema no es chiste, porque mientras sus compañeros a lo más bajan un kilo tras jugar un partido, eñ flaco Neymar baja tres.
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PD: ¿Recuerdas a Dino Drpic, el croata vicioso cuya historia fue contada hace unos días? El fin de semana su esposa, Nives, confesó que un día cumplieron la fantasía de tener relaciones sexuales en una cancha y que gemieron de lo lindo en la mitad del Maksimir Stadium. Parece que de verdad al muchacho se le arrancan las tortugas.

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